Dentro de las empresas el que las personas sean conscientes y puedan identificar su emocionalidad es un factor importante y necesario en la actuación, comunicación y toma de decisiones.
La Inteligencia emocional es la capacidad de manejar emociones que permitan tener una actuación coherente para la toma de decisiones asertiva. ¿Qué? Vamos a ir desmenusando este concepto.
Manejar las emociones tiene que ver, en primer lugar, con reconocerlas, aceptarlas, vivirlas, no que ellas vivan en nosotros. Esto es tenemos que vivir el coraje de un inclumplimiento y demostrarlo en la cantidad necesaria con la persona indicada. No estar enojados durante todo el día, con todas las personas y situaciones que enfrentemos. No me convierto en coraje y dejo de ser una persona pensante. Ya que cuando una emoción es muy intensa, la inteligencia baja.
Actuación coherente, lo que quiero decir con esto, es que sigas siendo tú, sientes la emoción, la reconoces, la expresas sin herir a otros y puedes pensar para actuar o tomar decisiones.
Se habla mucho de que en el caso de los CEO (Chief Executive Officer) o Director general en las empresas son contratados por su capacidad intelectual y su experiencia comercial y despedidos por su falta de inteligencia emocional.
Alguna de las habilidades que se enmarcan dentro de la Inteligencia emocional son el autocontrol, el entusiasmo, la empatía, la perseverancia y la capacidad para motivarse a uno mismo, etc. Se dice que vienen configuradas en nuestra genética y otras tantas se desarrollan en los primeros años de vida. Y existen infinidad de evidencias que demuestran que pueden aprenderse y perfeccionarse a lo largo de nuestra vida. Dentro de las empresas se desarrolla a través del coaching ejecutivo o la capacitación.
Como mencioné al inicio del artículo, el primer paso para desarrollar nuestra inteligencia emocional, es ser conscientes de nuestras emociones, por eso te invito a que poco a poco vayas identificando la emoción en la que te encuentras, ya que siempre estamos viviendo una emoción. Puedes iniciar identificando la que viviste en el momento anterior, ya que es difícil hacerlo cuando estamos en medio de ella.
A lo largo de los años, de mis estudios y experiencia trabajando en coaching, me gusta hablar de 6 emociones básicas: ira, miedo, tristeza, paz, alegria y amor. Y la combinación de ellas generan las emociones secundarias.
Las emociones no son malas o buenas, sólo son. Aunque preferimos vivir en alegría, amor y paz las emociones negativas (no malas) nos ayudan a salir adelante en situaciones importantes de nuestra vida, no hacen fuertes y resistentes, nos van desarrollando la capacidad de resilencia.
La inteligencia emocional a través de la capacidad de motivarse a sí mismo, de perseverar con empeño a pesar de las frustraciones, de controlar los impulsos, diferir las gratificaciones, regular los propios estados de ánimo, controlar la angustia y empatizar y confiar en los demás son factores mucho más determinantes para la consecución de una vida plena y el éxito en la empresa, que sólo contar con un coeficiente intelectual superior.
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