Es muy común en nuestra vida que nunca nos hayan enseñado un buen manejo de las finanzas tanto personales como de los negocios. Por lo general las clases que se reciben en algunas carreras relacionadas con este tema son muy enfocadas solamente a la parte contable y poco a la parte de toma de decisiones, y así mismo resultan muy teóricas y poco prácticas. En muchas ocasiones no llegan a comprenderse los fundamentos y la lógica de los conceptos financieros y contables.

Además, de manera general en nuestras familias latinas tampoco ha habido una cultura financiera sólida. Solamente escuchamos los problemas financieros que atraviesan nuestras familias, vemos o sentimos la preocupación de nuestros padres, su angustia, pero no sabemos como se metieron en dichos problemas y menos aún como salir de ellos.
Con esos antecedentes es muy fácil suponer que un emprendedor por lo general tendrá una cultura financiera más bien pobre y la parte financiera la llegará a aprender sobre la marcha, “echando a perder”, y costándole tal vez mucho dinero, tal vez incluso metiéndose en los mismos problemas que vivió su familia cuando estaba en su niñez o juventud o incluso peores.
Por lo general lo que los emprendedores no saben al inicio, cuando llevan a cabo sus ideas son temas sencillos pero de gran impacto.
El primero es poder calcular cuanto tiempo pueden sobrevivir ellos en lo personal si el negocio no es capaz de generar el dinero suficiente para que ellos vivan. Normalmente al principio los negocios no generan el dinero suficiente para el propio negocio y menos aún para el fundador. Por eso es importante tener un presupuesto para saber cuanto tiempo puede el emprendedor vivir sin que su negocio le genere dividendos.
El segundo error es pensar que la caja del negocio se puede compartir con el fundador o que es dinero que se puede tomar para gastar en lo que sea. Es muy importante saber que el dinero del negocio es del negocio y no se debe tomar para necesidades personales. La forma en que un emprendedor debe retirar dinero de su negocio es vía un sueldo fijo y constante o vía dividendos en caso de que el negocio haya reportado utilidades. Cuando el dinero del negocio es parte de mi bolsillo, se comete un gran error, pues se está “sangrando” al negocio sin siquiera saber si tiene o no utilidades.

Tercer error de los emprendedores es no tomar en cuenta el ciclo de conversión de efectivo del negocio. Me refiero al capital de trabajo necesario para la operación. Es decir, si el negocio necesita inventarios de materia prima, de producto en proceso (en el caso de que sea una empresa de producción) o de la mercancía que se va a vender (en el caso de una comercializadora), muy probablemente esta mercancía haya sido pagada mucho antes de que produzca algún retorno.
El retorno vendrá una vez que hayas vendido y cobrado, pero los clientes por lo general tratarán de tomar un plazo largo para pagar lo que hará que ya se haya pagado la mercancía que se vendió pero exista aún un plazo de espera para cobrar lo que se vendió. Entre más grande sea la diferencia entre los días que la empresa para sus inventarios y lo que tarda en cobrar, más grande será el capital de trabajo necesario para poder sostener la operación. Si eso no se toma en cuenta, en muy poco tiempo la empresa pudiera tener graves problemas de flujo.
Esto son tres de los errores más frecuentes, que en mi experiencia he visto, en los emprendedores que inician por primera vez un negocio.

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